Georadar GPR
El método geofísico del georadar GPR (“Ground Penetrating Radar”) estudia las reflexiones de las señales electromagnéticas producidas por una antena emisora y recogidas por otra antena, en este caso receptora de la señal, ubicadas en un sistema móvil y ligero de uso muy sencillo.
Este método electromagnético emplea frecuencias altas (desde 20 MHz hasta 1GHz) lo que permite obtener muy alta resolución en el estudio siendo baja su profundidad de penetración (unos pocos metros).
En los estudios GPR la antena se desliza por el suelo observándose a tiempo real la señal registrada (radargrama) en una pantalla donde las máximas amplitudes se corresponden con la señal reflejada en discontinuidades del terreno (cambios litológicos del terreno, presencia de huecos, servicios o galerías, restos arqueológicos, etc.).
Esta técnica se emplea de manera muy habitual en la localización de servicios, oquedades o restos arqueológicos, auscultación de túneles,…
El principal problema del georadar es la profundidad de estudio ya que la alta frecuencia de la señal se atenúa muy rápidamente en el medio, en mayor medida cuanto más conductor sea éste (presencia de agua, materiales conductores,…). Debido a ello las antenas presentan amplios rangos de penetración ya que ésta no solo depende de la frecuencia (cuanto mayor es la frecuencia más resolución obtendremos y menor penetración) sino también de las características del medio.